El Alma del angel

-Ya, supongo que tienes razón.-dije dirigiéndome a Artemis.-Yo creo que me voy a dormir, estoy cansada. Hasta mañana.

Sikial...Nunca había oído a ningún mago de la torre hablar de él. Me resultaba extraño, teniendo en cuenta que, según decían, era poderoso.
No tuve mucho tiempo para pensar sobre todo eso, porque cada vez estaba más ocupada con las clases.
Días atrás le había pedido a Elyon que me diera clases "particulares", y él había accedido. Me pasaba casi todo el día practicando los ejercicios que él realizaba aparentemente sin esfuerzo.
En pocas semanas pude transportar objetos con la mente, provocar fuego y demás, para sorpresa de Elyon. Según él, avanzaba rápido, quizás demasiado.

Al mismo tiempo pasaba muchas horas con Riku, y ya le resultaba mucho más complicado "matarme". No siempre estábamos entrenando, algunas noches simplemente hablábamos.
Esa noche en concreto ocurrió algo mucho más sorprendente, aunque tampoco tanto. Ya llevábamos varias semanas de práctica.

-Estás muerto.-dije, con una sonrisa de satisfacción.

-Oh...-acertó a decir mientras miraba mi espada, que apuntaba a su pecho.-Creo que ya tengo poco que hacer aquí.

-No creas...Sólo ha sido suerte.

-Cierto. No te acostumbres a matarme, porque no creo que se repita. Ah, se me olvidaba...¿Mañana puedes venir un poco antes?

-Claro, ¿por?

-Nada...Ya lo verás. :)

- Me parece que yo tambien me voy a dormir - dije mientras nos levantabamos.

Hace algunos dias le habia pedido permiso a Lein para poder usar a placer la Sala Vital, y no se por que extraña razon, habia cedido a mi peticion.
El caso es que llevaba dias entrenando pero el ritmo de aquella sala era muy duro. Habia conseguido ciertos progresos, entre ellos estaba el de que gracias al esfuerzo habia conseguido mantener constante mi energia elemental y asi evitar que el aula me la absorbiera a placer.
Segun habia estudiado en clase, este era un punto muy importante para los magos elementales, puesto que para la combinacion de elementos y la creacion de vida era de vital importancia tener un completo dominio de la energia propia elemental.
Sin embargo, mantener este control al tiempo que combinaba elementos, era un punto en el que todavia estaba trabajando...
Pero habia un tema que me preocupaba aun mas...aquella sombra y la reaccion de riku...
Ademas, si el corria peligro, tal vez Chloe tambien por extension. Debido a esto habia decidido poner mi poder a prueba: le habia pedido a los arboles y a la vegetacion que rodeaban su lugar de entrenamiento, que mantuvieran sus sentidos bien abiertos y me avisaran si pasaba algo extraño.

-Ya hemos llegado.-dijo con una sonrisa.

Estábamos en la posada donde se alojaba Riku, en un cuarto que, suponía, era el suyo.

-Oooooh...Una habitación. Que emocionante.

-Jajaja. No no, perdona. La habitación.

Se acercó al armario y lo movió hacia un lado. Detrás había una grieta en la pared, bastante grande. Metió la mano en ella y, para mi sorpresa, sacó dos espadas, cada una en su vaina.
No eran las que habíamos estado utilizando hasta ahora, de eso estaba segura.
Sin decir nada, volvió a colocar el mueble en su sitio y bajamos las escaleras.
Llegamos a la playa en pocos minutos, nos sentamos en la arena y Riku desenvainó una de las espadas.
Era totalmente negra, con algunas vetas plateadas, que se entrelazaban formando una palabra: Darkness. Tenía algo extraño, aunque no sabría decir el qué.

-¿Bonita, eh?-dijo con orgullo.

-Sí, es increíble.-sin pensarlo acerqué la mano al pomo de la espada, y al rozarlo noté cómo me quemaba. La retiré enseguida, sin entender qué pasaba.

-Ha reaccionado contra tu magia. Creo...que es porque su poder proviene de las artes oscuras. A mí no me hace daño porque no soy mago. Por eso mismo no puedo utilizar todo su poder. Es como si estuviese dormida, y no sé cómo despertarla.

En ese instante miré a la otra espada, que seguía en el suelo, envainada. Me preguntaba si sería igual.

Gawa habia dicho "Sikial", aunque no sabia quien era y en aquel momento no habia caido en preguntarle. De todas formas yo no habia dicho nada de enfrentarme a el, si no de vigilar.
Fui a la ciudad a ver si habia algo que resultara interesante, pero la mayoria de las tiendas eran de articulos de ropa o magia que se podian encontrar en cualquier parte.
Aunque hubo una tienda que parecia que me estaba esperando. Era un simple relicario con objetos antiguos y valiosos, aunque tambien vendia baratijas falsas.
En una de las vitrinas que guardaba esta clase de objetos, vi un medallon con un mineral violeta en forma de lagrima. En su interior tenia cuatro dibujos: una llama, una gota de agua, una hoja y un remolino, todos ellos unidos por un circulo.
En cuanto la toque, supe al instante que aquel objeto no era una simple baratija. Era una de las Lagrimas de Amatista: extremadamente dificles de conseguir puesto que el mineral usado era muy costoso, y la magia y el tiempo empleados grandes.
A simple vista parecia una joya preciosa, pero su poder lo era aun mas. Puede absorber poco a poco una cantidad de magia pequeña, siemrpe y cuando el mago sea de tipo elemental, de ahi la representacion de los cuatro elementos y el circulo que los unia, que traducido simbolizaba la naturaleza. Si el mago agotaba completamente su energia, la piedra era muy util, ya que posees en ella una pequeña reserva de esta.
Sin embargo, el dueño de la tienda no parecia consciente de lo que tenia en sus manos, que, posiblemente, valia mas que el resto de las joyas de la tienda juntas. Lo compre por unas cuantas monedas, y al ponermelo alrededor del cuello, note como un finisimo hilo de energia magica era drenado de mi propio cuerpo a la joya. Lejos de resultar agobiante, daba una sensacion de seguridad.

-Vamos, cógela. No creo que te haga lo mismo.

-Eso espero.

Tras unos segundos de duda, cerré la mano en torno al pomo de la espada y la desenvainé. Si la anterior me había parecido increíble, ésta más aun.
Era de un gris muy claro, casi blanco. Nunca había visto nada igual, y no me había hecho daño. Mas bien todo lo contrario.
La puse al lado de la otra y comparé. Ambas tenían vetas plateadas, pero en este caso formaban otra palabra: Brightness.
Parecía despedir destellos blanquecinos, y notaba su energía. Era poderosa, mucho más que la de una espada corriente.

-Bueno, creo que ya ha encontrado una nueva dueña.-dijo Riku.

-¿Qué?Pero...Es tuya.

-De eso nada. Sólo la he tocado una vez, y no volvería a hacerlo.-Extendió una mano, y pude distinguir la cicatriz plateada que la atravesaba.-Habrá que darles uso, ¿no?

Se puso en guardia, y yo hice lo mismo.
Notaba que la espada pesaba más, y pasaron varios minutos hasta que me acostumbré.
La primera vez que chocaron hubo un fogonazo de luz muy intenso, y tuvimos que parar.

-¿Qué ha sido eso?-pregunté, confundida.

-Sí...Ha despertado. Ha sido gracias a tu magia-contestó, mirando fijamente la espada, que ahora estaba rodeada por un halo de luz muy oscuro. Acto seguido miró al cielo.-Es tarde. Será mejor que nos vayamos.

Iba a devolverle la espada, pero no la aceptó. En su lugar solo dijo.-Ahora es tuya. Puedes tomarla como un regalo, si quieres.

-¡Gracias!.-dije al tiempo que le abrazaba, y él correspondía al abrazo. Por encima de su hombro pude ver a Artemis, que pasaba por allí.

Lo llamé y se volvió hacia nosotros. Me preguntaba qué haría por allí a esas horas.

Me dirigia de vuelta a la Sede cuando oi la voz de Chloe llamandome. Me gire y alli estaba, con otro chico.
- Vaya hola, que sorpresa no esperaba encontrarte por aqui. Y tu debes de ser Riku ¿me equivoco? Encantado - dije tras verle asentir con la cabeza.
- Veo que teniais cosas interesantes que hacer - dije observando la espada de Chloe.
Justo en aquel momento note una presencia maligna y me gire como activado por un resorte al tiempo que levantaba la mano preparado para contraatacar...cuando me di cuenta de que solo era la espada de Riku...
- Oh, lo siento, crei haber sentido...

-Encantado.-dijo Riku con una sonrisa.-No pasa nada, es normal. Sí, has sentido magia negra...que es lo que desprende la espada. Pero nada más. Es inofensiva, al menos conmigo...A no ser que la toques.
Bueno, ya nos íbamos, así que si quieres acompañarnos...

Asintió y los tres empezamos a andar hacia la ciudad. Me resultaba extraño llevar la vaina de la espada colgada a la espalda, pero estaba bien.

-¿Qué hacías por aquí?.-pregunté a Artemis.

- Pues estaba mirando si habia algo interesante por las tiendas, cuando de repente he encontrado esto en un relicario - dije enseñando el amuleto.
- Se trata de una Lagrima de Amatista, y tiene el poder de concentrar dentro de si una pequeña porcion de magia del mago elemental que la porta. Es muy util si agotas toda tu magia o para casos de emergencia. Y la verdad es que me ha sorprendido encontrarla, porque son muy raras y costosas, y he tenido la suerte de que ese hombre no sabia lo que tenia en la tienda jajaja. ¿Por cierto, que tal tus clases con Riku?

-Es muy bonito.

-Si es verdadera, has tenido mucha suerte. He oído hablar de ellas, pero nunca había visto una. Te será muy útil.-dijo Riku.

Cuando iba a contestar a la última pregunta, llegamos a la posada. Riku abrió la puerta y se despidió de nosotros.

-Gracias.-dije antes de que la cerrara.

-A ti.-oímos desde dentro.

-¿Las clases? Son una manera de salir de la torre. No podría estar ahí encerrada todo el día. Además, me lo paso bien con Riku. Es mucho mejor que estar sentada, y así tengo más recursos. Si algún día me falla la magia, sé que no estaré indefensa.

Había visto como Artemis miraba la espada, por lo que la cogí y se la mostré. Su luz era más visible por la noche, y yo no dejaba de admirarla. Todavía no creía que me perteneciera.

-¿Y tú qué tal? Te vi hablando con Lein el otro día.

- Oh si, veras en nuestra planta del castillo, hay una habitacion llamada la Sala Vital...- le conte todo lo relacionado con su funcion y para quien estaba destinada - asi que hace unos dias le pedi permiso a Lein para utilizarla y entrenarme alli, y para mi sorpresa acepto la idea. Voy teniendo mis progresos, pero es realmente dificil entrenar alli.
Cuando termine de contarle la historia ya estabamos entrando en la Sede, asi que nos despedimos y nos fuimos a dormir.

-¿El origen?.dime al menos que significa...
-Significa lo que acabas de experimentar
La palabra vino a mi mente sin pensarla, bastante bien sabía cual era.
-Dolor :S
-Exacto. Esta magia se formó con el dolor de las personas. La fuerza que pueden desprender cuando lo sienten es lo más potente que existe, más que ninguna otra magia blanca o pura.
-interesante...
Sikial se quedó mirando las velas que formaban aquella letra con una mirada fría e indescriptible. No pude evitar preguntarle.
-¿Te pasa algo? te noto inquieto, puedes contármelo. A la vez que lo decía me acerqué a él y le acaricié las manos.
-Aparta, te dije antes que no estaba para estos temas.
-Tranquilo ¿eh? que solo te estaba demostrando mi amistad, y muy tonto debes ser si la rechazas
-No estoy para bromas
-Lo que te pasa es que eres un rancio
-Mira, te lo voy a contar porque tienes que saber más sobre esta magia.
-Pues venga. Me acomodé en un banco que había en una esquina y él se sentó también
-A ver, si estoy inquieto es porque he percibido un poder que llevaba mucho tiempo dormido y está despertando.
-¿Una bestia oscura? o no, mejor...el consejo ha despertado del todo y tenemos que destruirlo, que ya hay ganas.
-¡No!, basta. Esto es serio
-Lo mío también, que poco me escuchas querido maestro. Me acerqué de nuevo a él
-Alma...a ver, no te he contado que con todo ese dolor se forjó una espada. La mandó crear un mago que adoraba ver sufrir a las personas.
-Vamos, un sádico.
-Sí. Este mago, Shial, la quería para matar con ella a su peor enemiga. Su amante. Ella intentaba apartarlo de causar esos sufrimientos, pero él estaba loco y se hartó de ella y de darle placer. Como la joven se negaba a dejarle hacer a su modo él se cabreó tanto que quiso causarle el peor dolor. Y de ahí nació Darkness.Con ella mató a la joven y cuentan que su grito fue tan espantoso que el cielo se tornó color carbón y durante lo que duró, el mundo tembló, pero eso son exageraciones de los que lo cuentan. Shial disfrutó viéndola morir pero no le fue suficiente y se mató con ella después.
-Que historia...entonces me intentas decir que Darkness ha despertado y tu quieres tenerla en tu poder.
-Buena deduccción, no es bueno que caiga en malas manos, la he estado buscando años y ahora que la encuentro está en las de un estúpido joven que ni siquiera es mago. Y lo que me mosquea es que hay otra espada, totalmente opuesta y otra leyenda de ella.Cuentan que la bella joven era aprendiz de magia pura, y una de las mejores alumnas de aquel primer consejo que se creó. Cuando se enteró de que Shial estaba forjando aquel monstruo y sospechando sus propósitos mandó forjar la otra espada, para contrarrestar el poder de Darkness. Esta segunda se llamo Britghness y se terminó de forjar unos días después de morir ella.Luego se perdió, nadie sabe que fue de esta.Ahora me tengo que ir.
-Pues nada, suerte con la espada y cuando quieras sentir placer en vez de dolor, aquí me tienes.
-Mejor que te centres en causar dolor.
-Jaja,una última pregunta.¿sabes como se llama ese estúpido joven?
-Sí...se llama Riku

Habia estado entrenando toda la mañana en la Sala Vital. La zona desertica era la dedicada para este fin, y ya me dirigia al pequeño oasis central para recuperar fuerzas.
Nada mas entrar senti como la energia me llenaba de nuevo y me renovaba por dentro.
Me sente apoyando la espalda en el gran arbol central. Estuve un rato relajado, hasta que oi una respiracion agitada.
Me levante y empece a rodear aquel terreno, hasta que vi a alguien sentado entre los arbustos.
La chica levanto la mirada y se quedo mirandome con aquellos enormes ojos violetas. Parecidos a los mios.
- Hola, me llamo Artemis - dije tras salir del hechizo.
- Yo soy Minka - respondio.

Las semanas habían sucedido, y día tras día, también los entrenamientos, que se volvían duros por momentos. Si bien el primer día aprendí mas bien poco, en los siguientes me inicié en el autocontrol que requería mi nueva espada, siguiendo los consejos de Keith. No tenía demasiadas cosas a hacer, por no hablar que exceptuando mis necesidades básicas, solo entrenaba. Si no con el resto del grupo, por mi cuenta. Aquella mañana, no había entrenamiento, y me levanté dispuesto a desayunar. Cuando pisé el suelo, me dí cuenta de que en los últimos días, me había pasado. Me dolía todo el cuerpo, y si apenas podía moverme, no estaba seguro de poder siquiera levantar la espada. Me planteé, aún así, intentarlo. No... era del todo imposible. De todas formas, hoy era el día de descanso semanal, y no había entrenamiento con Keith. No estaba dispuesto, aún así, a desperdiciar un día. Mientras bajaba a desayunar, me planteé que podría hacer. Tal vez, bajaría a la biblioteca. Muy probablemente encontraría a Keith, y podría preguntarle algo que llevaba tiempo rondándome la cabeza.

Terminé de desayunar fugazmente, y subí las escaleras otra vez, ahora a la biblioteca. Sin embargo, cuando entré, no vi a Keith por ninguna parte. Era extraño... cuando no habia clase, Keith siempre estaba allí, y cuando no lo estaba, había salido de la torre. Y cuando Keith salía de la torre... pasaba algo gordo al otro lado. Intenté no preocuparme, negando con la cabeza. Salí de allí, y seguí subiendo escaleras. Mientras subía, se me ocurrió donde ir. Ya que no haría nada, lo haría en uno de mis sitios favoritos. Había llegado arriba del todo, y abrí la puerta.
- Vaya...- No esperaba encontrar a alguien allí, rara vez la gente subía a las almenas d la torre- Creo que no te conozco- Recordaba su cara, aunque no la relacionaba con nadie...

Tenia el cabello negro azabache, pero sobre todo resaltaba aquella mirada violacea, rebosante de curiosidad e inocencia. Parecia mas o menos de mi edad.
- Vaya, bonito nombre...Minka... - dije como hipnotizado.
- Jajaja gracias - su risa era cristalina como el propio hielo - es una antigua palabra de la tribu de mi abuelo y significa "viento". En su cultura, este es el mas poderoso de los elementos, y al enterarse de que habia nacido con el don de la magia natural...
- Y veo que su sifnificado es mas asombroso aun - dije satisfecho al ver que se ruborizaba - ¿que edad tienes?
- Diecisiete, ¿y tu?
- Dieciseis. Habria jurado que eras de mi edad - dije con una sonrisa.
- Me lo suele decir todo el mundo. Me refiero a lo de que parezco mas pequeña.
- Jaja por cierto, eres la primera persona que encuentro en esta sala. Casi nunca hay nadie entrenando.

-Soy Castalia... Y si no me equivoco, tu debes de ser Ice. He oído hablar de ti estos últimos días. La verdad es, que las vistas desde aquí son impresionantes. Es una visión muy distinta a la que se percibe a ras del suelo. Desde aquí... Todo parece mejor.
Estuvimos en silencio un rato... Tenia algo de sueño, dado que no había dormido en toda la noche. había estado allí.
-Por cierto, soy la hermana de Gawayn.

Cuando la relacioné con Gawa, reconocí quien era al instante.
- Es cierto! Tu estabas junto a Artemis en un salón, el día en que llegasteis todos a la torre... Encantado- Sonreí. Permanecí allí un rato, y hablamos sobre como nos habían ido aquellos últimos días, en la torre. Apenas pasó una hora, pero yo comencé a sentirme inquieto.
- Bueno... creo que yo me voy ya- Dije mientras me giraba hacia la puerta- Nos vemos, Castalia ^^
Había visto desde lo alto de la torre como Keith volvía de su viaje, no demasiado largo al parecer. Sabía donde iría, así que decidí adelantarme a él y que todo pareciera más casual.

Cuando llegué a la biblioteca, me paseé entre los libros, esperando que llegara. No encontré anda interesante, pues ya había leído aquí sobre todos los temas que me interesaban. En poco llegó Keith, escopetado. Intenté pararle en su camino, pero se deshizo de mí:
- Ahora no puedo, luego hablamos Ice- Soltó, mientras seguía andando y se perdía entre los pasillos. Le vi entrar en una de las secciones de la biblioteca en las que el acceso era totalmente restringido. Concretamente, para mi sorpresa, en la de artes oscuras. Aquello no iba nada bien... y después de tanto secretismo, esperaba que alguien terminara contándome que narices estaba ocurriendo. Si no era así, pensaba averiguarlo por mi cuenta.

Estaba sentada fuera, en el jardín de la sede, con Elyon.
Supuestamente hoy nadie daba clases, pero yo no estaba dispuesta a perder un día. Notaba como la dificultad de las prácticas aumentaba día a día, cada vez más.
Las horas pasaron rápido, y ya estaba anocheciendo cuando terminó la clase.

Estaba algo cansada, pero aun así subí para coger a Brightness e ir a entrenar con Riku.

-Riku...conozco ese nombre. Me vino a la mente aquel chico silencioso y poco dado a mirar a los que lo acompañaban. Él iba por su cuenta. Solo había mostrado algo de confianza con Chloe. La última vez que lo había visto huía del grupo. Seguramente podría ser un buen aliado, pero la dureza en las palabras de Sikial decía lo contrario...estaba claro que este no soportaba que un joven inexperto y estúpido como lo había llamado, además de ser normal, tuviese en sus manos un poder tan preciado y que encima no lo hubiese repelido o destruido."Una pena que no lo quiera aquí, cuánto más poder obtengamos más posibilidades tendremos de vencer a todas esas ratas luminosas".
Me fui a dormir y al día siguiente Sikial volvió. Estaba más calmado pero no me había dirigido la palabra ni explicado qué pretendía hacer con Riku, bueno si, supuse que le quitaría la espada y lo mataría, pero seguramente la espada no quisiese cambiar de dueño. Practicamos con la magia durante todo el día y cuando la luna ocupó el cielo, Sikial se volvió a ir, está vez diciendome unas palabras.
-Cuando vuelva tendremos el consejo en la palma de la mano.

Keith nos llevó a una sala en la que no había entrado nunca. Supuse que otros darían clase allí.
Nos dijo que nos sentáramos en cualquier sitio, y él hizo lo mismo.
Me preguntaba por qué me había llevado allí, sobre todo teniendo en cuenta que no había hablado nunca con ninguno de los dos. Sabía que era por la espada pero...¿Qué pasaba con ella?

Pasados unos minutos Keith empezó a hablar. Nos contó una historia muy extraña. En ella explicaba cómo y por qué se habían forjado ambas espadas, la mía y la que ahora tenía Riku.
Finalizó diciendo que Sikial llevaba mucho tiempo buscando a Darkness, y creía haberla encontrado. Él, al igual que el mago oscuro, había notado cómo la espada despertaba hacía poco, y habían comenzado su búsqueda.

Me preguntó si sabía donde estaba Darkness ahora, pero yo no pude contestar. Si Sikial la había encontrado, iría a por ella...Y a por Riku.

Salí corriendo de la sala, con Brightness, en dirección a la playa. Ya estaba muy oscuro y no se distinguía nada, pero esperaba encontrar a Riku allí, para asegurarme de que estaba bien y avisarle del peligro que corría.
Llegué en pocos minutos. No había nadie.
"No, no, no, no..." Me autoconvencí de que era tarde, por lo que se había cansado de esperar y había vuelto a la posada.

Abandoné la playa y me adentré en la ciudad, más rápido que antes.

- Si, la verdad es que esta sala no brilla por su facilidad para entrenar jajaja
- Si. Bueno me tengo que ir. Yo...vengo aqui todos los dias a la misma hora - dije con una sonrisa mientras me giraba y emprendia la marcha - Adios.
- Adios, Artemis.
En cuanto abri la puerta vi a Chloe salir escopeteada hacia las puertas de la torre.
Supuse que llegaria tarde a su cita con Riku para entrenar.
Me dirigia al jaridn de la Sede cuando Keith paso a mi lado como un tornado. Aquello ya pasaba de castaño oscuro, era muy raro.
A los pocos segundos vi a Ice corriendo en la misma direccion que Chloe y Keith. Bueno pero, ¿que pasa hoy?, ¿se han propuesto hacer una carrera?
- Ice!!!!!! espera - dije mientras le alcanzaba - ¿Que diablos pasa? - me conto la historia mientras corriamos.
- ¿Como puede ser que nadie me cuente nunca nada? - dije tras la sorpresa de oirle

Llegué a la posada en cuestión de minutos y, como era de esperar, no había nadie. Ni siquiera había luz.
Entré y empecé a subir las escaleras sin dejar de correr. Mientras más me acercaba a la habitación de Riku, más aumentaba la sensación de que algo iba mal.
Me detuve delante de la puerta, e intenté escuchar a través de ella. Pero no se oía absolutamente nada. Me extrañé un poco y la abrí, despacio.

Descubrí el cuerpo de Riku en el suelo, inmóvil. Lo miré durante un momento, bloqueada, sin saber que hacer.
Cuando conseguí volver a la realidad me acerqué a él. Seguía respirando, pero de forma irregular.

En ese instante, noté que me estaban observando. Me volví y allí, de pie, estaba el que suponía que era Sikial, ya que sostenía a Darkness. Sonreía, mirando mi espada.
No pude soportarlo. Todo el miedo que había sentido esa noche se transformó en rabia, que no controlé.
Miré fijamente a los ojos del mago oscuro y me concentré en una cosa: Dolor.
Era lo que habíamos estado practicando esa tarde, pero nunca lo había intentado. Causar dolor solo con la mente.
Sikial hizo una mueca extraña, sorprendido. Sentí su sufrimiento y vi como caía al suelo, sin soltar la espada.
Pero, a los pocos segundos, desapareció.

Corrimos por el bosque, sin parar. Improvisadamente, Artemis me acompañaba, y aunque la situación me impedía decírselo, se lo agradecía... Y mucho. No podía decir esto sobre mucha gente de la torre, pero a pesar de haberle conocido solo semanas atrás, confiaba en él. Que narices... Le habría pedido personalmente su ayuda, de no haber salido de aquella forma ta impulsiva. Pero debía calmarme. No estaba dispuesto a volver a hacer el ridículo ante el viejo de mi padre, y mucho menos ante Keith. Era capaz de hacer mucho más... sencillamente, lo sabía. Y por su fuera poco, Artemis estaba allí también. Nada saldría mal... No esta vez. No hablábamos, ambos nos concentrábamos en qué hacer una vez ante Sikial. Sabía que nos encontraríamos con él, y si, tenía algo de miedo. Pero eso no impedía que deseara el encuentro. Lo ansiaba, de hecho.

Segun me habian contado, Ice habia tenido un problema con su impulsividad en los entrenamientos, pero en aquel momento se le veia mas maduro y con ganas de demostrar lo que valia.
- Parece fuerte. Puedo sentir una perturbacion muy grande en el ambiente, y no es precisamente solo la de Darkness. Estamos cerca, y es mejor que nos demos prisa: Chloe esta muy cerca.
Pero habia algo mas que me preocupaba...el que Sikial tuviera la espada significaba que Riku podia estar...No, me negaba a pensarlo. Ibamos a salvarle fuera como fuere.
En aquel momento toda la tension desaparecio, al igual que la perturbacion que provocaba Sikial.
- Se ha ido.